terça-feira, 22 de fevereiro de 2011

Controlando a raiva...

...

«A comienzos del siglo XX había un científico que trabajaba en las presiones barométricas. A diario observaba el barómetro varias veces y notaba lecturas decrecientes.

Hizo su trabajo durante veinte largos años. Luego decidió realizar un estudio de todas esas lecturas y formular una teoría. Su ama de llaves le pidió unos días de descanso y entonces otra mujer la sustituyó. Por la noche, mientras que el científico salía a dar su caminata nocturna, anotó la lectura. A su regreso, tomó otra vez la lectura, pero no pudo anotarla, debido a que no encontraba sus papeles. Entonces le preguntó a la ama de llaves si ella los había tomado.

-Señor- respondió ella-, yo estaba limpiando su mesa, cuando vi esas hojas de papel todas sucias y manchadas.

Las quemé en el fuego y en su lugar coloqué algunas hojas nuevas.

La labor que el profesor había realizado durante veinte largos años se evaporó en un instante. Pero él no emitió ni una palabra de ira. Solamente dijo:

-¡Señor, que se haga Tu Voluntad!

Poco tiempo después, el profesor se enteró de que había un significado en todo el hecho anterior. Otro científico de un país distante había trabajado sobre el mismo problema y ya había publicado un libro. Si las hojas no hubiesen sido quemadas, él hubiera perdido un montón de tiempo compilando y arreglando las figuras para elaborar una teoría, que luego habría dado lugar a publicar un libro que no hubiese servido a ningún propósito, porque ya existía otro en el mercado.

El plan de Dios puede o no sernos revelado. Pero nunca

debemos olvidar que siempre hay algún beneficio oculto en todo lo que sucede. Por lo tanto, démosle la bienvenida a cada incidente y accidente de la vida

con palabras: “Lo acepto”. Entonces no nos será difícil controlar nuestra ira.»

Nenhum comentário:

Postar um comentário